DESESPERACIÓN Y AUTISMO DE GOBIERNO

*Una clase política rapaz e insolidaria

*Madero y PAN coautores del atraco

*Gallegos; inexperiencia y candidez

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En el peor inicio de año que haya tenido el país en décadas, el gobierno de Peña Nieto se paraliza al grado del autismo, incapaz de contener una crisis social que les reventó en las manos y amenaza con trastornar el desarrollo nacional, tornando las expresiones de repudio al gasolinazo en manifestaciones sociales desbordadas.

Para que hayan aprobado y puesto en marcha una medida a tal punto impopular, es que las finanzas nacionales están colapsadas. Conocen el precio electoral, pero Hacienda no tenía otra alternativa menos desgastante para nivelar el presupuesto de egresos.

Recurrir a más deuda no es opción, el país está topado desde el 2008 y cada punto en las tasas de interés representa más de 75 mil millones por servicio de deuda, aumentar el IVA impensable, genera más enfado social; reducir gasto jamás, es una medida que todos anuncian y nadie practica.

No les quedó más que seguir adelante con la Reforma Energética, retirando el subsidio al IEPES, Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios, mediante el cual esperan recaudar más de 300 mil millones de pesos, fundamentales para mantener el equilibrio presupuestal.

¿Qué es el IEPES? El impuesto que se paga principalmente por producción, venta o importación de gasolina, alcohol y tabaco y como es de los que llaman indirectos –al igual que el IVA- no lo entera el contribuyente, lo pagan los clientes al momento del consumo, en de gasolina o diesel.

Por cada litro de magna los consumidores pagarán de impuesto 4.3 pesos; por la Premium 3.64 y del Diesel 4.73. Osea, cada que usted llene el tanque, suponiendo que sea un auto de 60 litros y lo cargue de Magna, el gobierno recibirá 258 pesos. Así harán la suma de los 300 mil millones.

Sin embargo el país llegó a un punto en que la gente no quiere escuchar cifras o explicaciones técnicas, la sociedad está cansada de una clase política rapaz e insolidaria que parasita a un sistema de gobierno corrupto e ineficaz, cuyos resultados hoy más que nunca golpearon sus bolsillos. Desahogan sus frustraciones e impotencias contra lo que consideran un atraco vil, robo en despoblado.

El hartazgo alcanza niveles desesperantes cuando observan que la clase gobernante, una casta de privilegiados históricos, reciben prestaciones abusivas: gasolina, hospitales privados, alimentos, viajes, celulares, autos, choferes, asistentes, bonos navideños, de productividad, buena conducta, compensaciones, conceptos que acumulados hacen salarios de 300, 400 o hasta 500 mil pesos mensuales a los altos cargos de la burocracia, mientras el resto de los mexicanos tiemblan cada vez que la aguja de su marcador se aproxima al off.

Es el enfado social que explica los estrangulamientos de carreteras, tomas de casetas, estaciones de servicio, plantas de Pemex, memes delirantes en redes sociales, expresiones de hartazgo en restaurantes, peluquerias, supermercado, tienda de la esquina, misa de los domingos, cantinas y barecillos.

Ven que diputados, senadores, gobernadores, funcionarios, delegados y demás burocracia encumbrada llena el tanque de su auto con cargo al pueblo, siendo que reciben salarios inaccesibles para la enorme mayoría de los mexicanos, el enfado es mayor.

Nada contribuiría a las finanzas nacionales que les quiten sus bonos y prestaciones fuera de ley, en estos momentos especialmente del combustible, pero sería un gesto simbólico de solidaridad con el pueblo que también ellos apretaran el cinturón. Ven la situación de crisis y siguen contando el dinero delante de los pobres. No lo harán, como decía Miguel Etzel, son derechos ganados.

El rumor del “ya basta” crece ante el dispendio de esa clase política insensible y gorda que todo lo tiene, protectora de un gobierno sin liderazgo encerrado en sí mismo, carente de credibilidad, asustado por que la medida desbarranca las opciones electorales de su partido, cuando las comisiones presidenciales están a sólo año y medio.

El gobierno de Peña tiene cómplices sin los cuales la reforma energética, fuente del aumento, no habría pasado. Gustavo Madero es coautor y actor de primer orden en el nefasto episodio, fue promotor incansable de la Reforma Energética, lo mismo que diputados y senadores por su partido a excepción de Javier Corral, que votó en contra.

A Madero, hoy influyente coordinador del gabinete estatal, lo acompañan en el atraco Rocío Reza, Secretaria de Desarrollo Municipal, y Carlos Angulo, ambos diputados federales al momento de votar la reforma. Por el PRI también hay nombres y apellidos entre los políticos locales: Patricio Martínez, Lilia Merodio y Graciela Ortiz, senadores, y Kamel Athié Flores, Nacho Duarte, Minerva Castillo, Pedro Domínguez, Adriana Fuentes, Abraham Montes, Luis Murguía y Karina Velázquez, premiada por Duarte con la coordinación de los diputados locales.

Muchos de ellos el día de mañana saldrán a pedir el voto nuevamente, prometiendo que harán todo cuanto esté de su parte en beneficio de los electores. Mentiras, pertenecen a esa clase política que parasita al gobierno y alimenta la corrupción.

Por eso el PAN contiene su instinto opositor de cebarse políticamente del brote inconforme. Sabe que no tiene cara con que sumarse o encausar la protesta, pues además de sus diputados y senadores, el mismo Ricardo Anaya en persona votó alegremente la reforma. Le dan, sin proponérselo, plena razón a López Obrador; se comportan como si fuesen una misma mafia. Lastima.

Miles de paisanos y nacionales resultaron afectados por los bloqueos de ayer. Son víctimas inocentes de los grupos que buscan ponerse al frente de la inconformidad ciudadana.

El hecho corresponde al ámbito nacional, pero trastoca la agenda del gobierno local, razón por la cual el director de gobernación, Joel Gallegos, se apersonó en el bloqueo norte para rogar, como lo escucha, rogar a nivel de súplica, que liberaran las carreteras.

Inexperto y cándido se mostró Gallegos pidiendo que “por favor” ayudaran a liberar el camino. La respuesta de los manifestantes profesionales lo aturdió, así que volvió sobre sus pasos sin al menos una promesa de que abrirían a cierta hora. Para contenerlos Gallegos necesita carácter, oficio y un costal de mañas, no tratan con señoritas ni mexicanos ejemplares.

Al igual que en México, Javier Corral también guarda silencio, es uno de los pocos que puede espetar el clásico “se los dije”, sin embargo observa prudencia a fin de no indisponerse con la enérgica Secretaria de Hacienda, pues de intentar capitalizar políticamente el caos, además de recordarle que su partido es coautor del atentado contra la gente, Meade lo castigaría ninguneándole recursos provenientes del mismo IEPES. Usa el mandamiento número dos de la burocracia: “no te pelearás con la cocinera”. A ver hasta cuando aguanta, su naturaleza de tirador compulsivo suele traicionarlo.