De persistir los bloqueos, pronto habrá desabastos en las principales ciudades del estado, dado que ni Ejército ni policía puede proteger cada una de las pipas que surten las estaciones de servicio y arriesgarlas a salir sin protección sería colocarlas en situación de gran vulnerabilidad. Los ánimos están calientes a tal punto que hasta ciudadanos comunes o cholos de la esquina se atreverían a vandalizarlas.
Los primeros desabastos empezaron ayer pasado el medio día en ciudades medias como Jiménez, la región de Casas Grandes y en la capital no fueron pocas las estaciones que cerraron durante horas por falta de combustible.
No es un visión catastrofista, sino resultado lógico de los bloqueos y las manifestaciones en instalaciones de Pemex, por la básica razón de que si las pipas permanecen encerradas la gasolina se agota. Es sencillo.
Tampoco es una opinión apresurada, ayer la gerencia regional de la paraestatal lanzó un desesperado llamado al Ejército y las fuerzas policiales a efecto de que proteja sus unidades de abasto doméstico, previo pedido a los manifestantes de que dejen circular sus unidades o provocarían falta de combustible.
Las organizaciones buscan caos y mientras más resulta mejor para sus dirigentes, de esa manera controlarán el rumbo y tono de las negociaciones. Por tal motivo el llamado de Pemex además de inocente es irresponsable, si por alguna razón barzonistas y compañía no se habían percatado del punto débil, desde adentro se los mostraron. Con una cisterna que detengan sería suficiente para encender la mecha, literalmente.
Aguas, la falta de combustible provocaría cientos de millones de pesos en pérdidas a la industria y el comercio, así como mayor irritación ciudadana, alimentando las razones para protestar.
Por lo pronto las compañías de transporte foráneo suspendieron sus corridas, hasta en tanto se normalice la situación, medida prudente, pues aleja del peligro a sus clientes y autocamiones. El escenario de irritación social, en menor escala, lo vivieron los chihuahuenses el verano pasado con sólo un día y medio en que escaseó la gasolina.
Frente a un escenario a punto de caos social y alerta roja de los sectores productivos, causa azoro la ligereza con que los gobiernos federal y local asumen la crisis. Da la impresión que su estrategia es dejarla pasar hasta que se consuma por falta de combustible.
La ausencia de gobierno, en las peores manifestaciones ciudadanas de la última década, provoca más angustia y pánico en diversos sectores de la economía que las manifestaciones en sí mismas, pues sin instrumentos de contención
en sólo 24 horas pasaron de bloqueos a intentos de destruir una caseta en Cuauhtémoc y el fallecimiento de un mexicano octogenario residente en Estados Unidos, según diversos reportes informativos.
¿En dónde está Peña Nieto? Sigue de Vacaciones ¿En dónde Osorio Chong? En su oficina o en casa de los suegros, consumiendo el último recalentado a la espera de Reyes Magos ¿En dónde quedó Javier Corral? Jugando Golf, armando el “maxi-expediente” o atento a la instrucción de Galo”.
Esa falta de gobierno, en momentos de crisis social exacerbada, describe perfecto a una clase política anodina e insulsa, incapaz de ensuciarse los zapatos para contener o encausar las manifestaciones a fin de proteger –como es su obligación- a terceros perjudicados, quienes encima del golpe sufrido por el gasolinazo tienen que padecer horas de espera a fin de que los barzonistas y sus asociados se dignen permitir el paso.
Sólo unos meses atrás desde Chihuahua se veían con alarma y incredulidad los bloqueos en Chiapas y Oaxaca, pensando con injustificado orgullo que acá jamás sucedería lo mismo. Ahí tienen una probadita de dos días consecutivos desenfrenados y con gobiernos y renuentes a ejercer el mando, puede que los bloqueos hayan llegado para quedarse.
Peña, Osorio y Meade tiene callo grueso recibiendo expresiones altisonantes de apelación a sus señoras madres, los maestros de las sección 22 y demás organizaciones de izquierda radical los volvieron inmunes al insulto. Todo se les resbala.
Seguro no les ha sucedido lo que un día a Manuel Bernardo Aguirre. Decía el Viejo Zorro de la política que tenía dos mamás, una resguardada en la honorabilidad del hogar y otra para desahogo de los inconformes. Pues esta mentada va para su señora madre que permanece en casa, señor secretario, gritó durante acalorado mitin sureño uno de los manifestantes.
Si Javier Corral no sabía de que se trataba gobernar, es positivo que la presente situación lo sitúe en la realidad; es muy diferente pronunciar discursos encendidos desde una tribuna parlamentaria a controlar encendidos manifestantes que toman casetas y bloquean las carreteras del estado.
A propósito ¿Dónde estarán mejor Víctor Quintana, Manuel Solís, Lucha Castro, la señorita Guerrero, cómodamente en sus oficinas con sillones de cuero o altavoz en manos organizando los bloqueos carreteros?
Es sólo una pregunta que guarda pertinencia en la curiosidad de un lector que confesó extrañar sus rostros entre las imágenes de los bloqueos, siendo que antes eran los primeros en llegar.
Seguro les bulle el pulso, pero ahora pertenecen a la institucionalidad panista, imposible mezclarse con la chusma. Siempre es bueno comer caliente y a sus horas ¿Estarían de acuerdo, camaradas?.
Faltan 16 días para que Donald Trump asuma la presidencia del gobierno más poderoso del mundo y ya acertó el primer golpe directo al desarrollo del país. No se trata de que su triunfo haya elevado el precio del dólar a las nubes, eso podría ser discutible, sino del anuncio que hizo el mayor ejecutivo de la compañía Ford, al cancelar una planta en San Luis Potosí, programada con una inversión de 1,600 millones de dólares, que sólo dos meses atrás prometió abrir.
Ford informó también que abriría una línea de ensamblaje en Michigan, donde produciría autos híbridos con una inversión de 700 millones de pesos. Es el primer efecto concreto en lo que pinta para una relación tensa y desventajosa en los próximos años con los queridos Vecinos del norte.
