En la presente elección el PAN es un partido a cartas abiertas, con mucha anticipación las abrió Javier Corral y en las últimas semanas, pongamos desde la detención de César Duarte, no ha hecho sino confirmarlas; contra toda lógica electoral intenta desbarrancar el proyecto de Maru Campos e imponer el de Gustavo Madero ¿Por qué?.
Desde luego sólo Javier y Gustavo tienen la respuesta, pero en altos círculos políticos y empresariales empieza a circular una versión según la cual Gustavo Madero habría negociado la candidatura de Javier Corral al gobierno estatal, en la pipiluya –cada quien sacó lo que le convino- que Peña Nieto soltó para sus famosas reformas legislativas. ¿Cierto o política ficción?.
Desde luego esto no lo sabremos jamás, a menos que exista y publiquen un video revelador donde discuten el tema, como el de las maletas saturadas de billetes que tiene a media clase política en vilo. Lo que si sabemos por obra de Javier, es su fuerte y de momento indisoluble compromiso con Madero; lo hizo coordinador de su gabinete, senador de la República, le ha dejado las posiciones más importantes, secretaría general y coordinación del gabinete, y pretende heredarle, al precio que sea, la candidatura.
De sus pretensiones no existe duda, está más allá de la percepción y de “lo que parece es”. Javier ha sido explicito en público y en privado, así que las motivaciones del pacto de sangre entre ambos, existiesen o no las negociaciones de su gubernatura, son irrelevantes para el presente análisis. El hecho es que no hay duda del compromiso, el hombre quiere a Madero y está empeñado en hacerlo candidato ¿Podrá imponerlo?.
El problema de Javier para consolidar la imposición es la repelente conducta de Gustavo, el senador encuentra sentidas resistencias dentro y fuera del partido. Y no se trata únicamente de su impopularidad, el ir por la vida despreciando gente o la soberbia dilatada con que suele conducir sus acciones. El trauma que complica la candidatura está en su enorme incapacidad para simular; a los ojos de muchos es odioso y se conduce como tal.
Funcionarios del gabinete –no viene al caso citar nombres- panistas destacados, empresarios afines al gobierno, militantes comprometidos lamentan la obstinación de Javier intentando imponerlo. Es más, gente cercana a Madero encendió luces rojas cuando concluyeron un sondeo en comités municipales del partido y se percataron del amplio rechazo de la militancia hacia el senador. El dato está fresco.
Es una reacción muy humana de la nomenclatura panista, con un aspirante así, que no registra ni frente a lo suyos, entran en pánico de sólo pensar que con Gustavo perderían las elecciones y, lo que duele, se despedirían de su chamba. Desde que entendieron el dicho muy priista “es un error vivir fuera del presupuesto”, le produce pavor verse fuera de la nómina. Nadie podría reclamarles, todos quieren llevar papa a sus casas.
En el propósito impositivo, Javier necesita superar tres obstáculos: la resistencia de santones y militantes ¿cómo hacerlo entender contra la naturaleza y el interés de su partido?; la intervención de influyentes empresarios que se ven amenazados por Morena; y, tercero y más importante, los estatutos del PAN y la definición –si quieren dejarlo en simpatía, da igual- de Marko Cortés a favor de Maru Campos ¿Cómo exigir que el CEN del PAN lo apunte de primero en la lista de plurinominales, sin entregar nada a cambio?.
Aquí dejo por hoy. Mañana cierro el tema.
Rompeolas
Hacía décadas que la plaza del Ángel o la Hidalgo anteriormente, no estaba al tope de manifestantes. Lo de ayer es una muestra del enojo que cargan los agricultores de Delicias contra el gobernador Javier Corral. Están convencidos de que los traicionó, haciendo acuerdos inconfesables con López Obrador, para que abran las compuertas de las presas. Dieron un plazo de 24 horas para que manden cerrarlas o se radicalizan. Híjole, van en serio. Esos son los problemas que debe resolver un gobernador, ver por los intereses de Chihuahua. La tensión aumenta, los nervios se crispan y el pasto está seco. Ojalá lleguen a un acuerdo antes de que venza el emplazamiento. Es difícil, en la mente de los agricultores no hay más acuerdo que el cierre de las compuertas, han perdido la fe en el gobierno estatal y de López Obrador sólo han recibido desprecio y golpes.
