*El terror en las calles lo dejó sin palabras

*Enredado en la descalificación estándar

*PECUU, concentrado Bonilla en seguridad

*Despliegue tecnológico que parece gringo

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El crecimiento progresivo de la violencia y la osadía impune con que los jefes del mal actúan desafiando al Estado, dejó al presidente López Obrador sin palabras, reducido a discurso de merolico en feria de pueblo, repitiendo hasta el cansancio las mismas ofertas en cada nueva ciudad a la que llega.

José Medina Mora, presidente de Coparmex, pidió a López Obrador lo que desean muchos mexicanos, que cambie la estrategia “por que los abrazos no están funcionando”. Un posicionamiento pertinente, comedido, obligado. ¿Qué respondió el presidente? un ordinario y simplón “exageran nuestros adversarios”, magnifican los hechos, hacen propaganda. Los argumentos se agotaron, en su lugar la descalificación estándar.

Tanto ha descrito como inmejorable la demencial estrategia de abrazos y no balazos, traducida en una rendición incondicional del Ejército ante el crimen, que aún teniendo frente a sí la evidencia incontrovertible del estruendoso fracaso, es incapaz hacer una defensa por lo menos digna y la descalifica con el estribillo de su administración; mis adversarios mienten y escandalizan porque quieren destruirme, son conservadores.

Los habitantes de Ciudad Juárez, Tijuana, Zapopan, Salamanca y tantas otras ciudades que sufren el terror de la violencia en sus calles, también serán conservadores y exagerados por que igualmente reclaman cambios inmediatos en el combate al crimen. Están hartos de sentirse rehenes en sus propias viviendas, temerosos de salir a las calles, pensando con angustia que mañana puede que “me toque a mi”.

Difícil aceptar tanta irresponsabilidad en un gobernante, ve al país pintarse en rojo sangre y es incapaz de la menor expresión empática con las víctimas, de aceptar que los grupos criminales están ensanchando su fuerza del mal en todo el territorio nacional y que la sociedad exige que sean contenidos con la legítima fuerza del Estado.

Su respuesta es siempre la negación, son los conservadores que me atacan. Debería entonces aceptar al menos que cada vez hay más conservadores en el país que sueñan con destruirlo; empezaron condenando su estrategia columnistas y analistas políticos, luego intelectuales y artistas, después diversos organismos de la Iniciativa Privada y cuando asesinaron a los dos jesuitas entró la Iglesia Católica y organismos internacionales. La exigencia es generalizada.

Al principio prometía que en seis meses, luego que su estrategia era atacar las causas, erradicando la pobreza, después que dieran tiempo a la Guardia Nacional. Así, con sandeces, ganaba tiempo esperando concluir el sexenio. Ya se dio cuenta que no pudo, que la violencia creció más rápido que sus excusas y no dejó más alternativa que encerrarse en si mismo con el patético “vamos muy bien, vamos muy  bien, vamos muy bien”. Hay que joderse.

En cualquier indicador que mida los niveles de violencia su gobierno sale reprobado. Con relación a los gobiernos de Calderón y Peña, en el suyo hay más muertos, más feminicidios, más territorio secuestrado, mayor número de masacres, más ferocidad y osadía en los ataques. No hay forma objetiva de afirmar que va por buen camino.

Aunque pensándolo bien su obstinación tendría cierta lógica, para él vamos muy bien por que ahora los criminales son aliados confiables de los candidatos de Morena, sector electoral del Partido. Si a eso se refiere con que vamos bien con el combate al crimen, tiene toda la razón.

Rompeolas

Impresionante despliegue tecnológico el que mostró el edil Marco Bonilla durante la presentación de la tercera etapa de la Plataforma Escudo Chihuahua (PECUU). Drones de última generación, “tótems” equipados con cámaras de reconocimiento, equipamiento en patrullas, cámaras de solapa, sistemas de comunicación, unidades nuevas. Se nota que ha dado prioridad al tema de seguridad, una tarea fundamental demostrada como nunca en las jornadas violentas de Ciudad Juárez y otras ciudades del país, pues tan sólo en ésta tercera etapa invirtieron más de 80 millones de pesos. Es la plataforma que inició en 2018 Maru Campos, cuando gobernaba la ciudad, misma que ha ido fortaleciéndose progresivamente, hasta llegar a los niveles de tecnología que presentó el edil Bonilla. Aunque se sabe que nada es suficiente para contener la creciente violencia del crimen organizado, el hecho de saber que la Policía cuenta con el equipamiento más moderno y lo tiene desplegado en la ciudad, genera tranquilidad en los habitantes. No es lo mismo que los sicarios del mal salgan a las calles de cualquier ciudad, a salir en una en la que saben que son observados. Muy bien por el edil Bonilla, se nota que está concentrado en las actividades sustantivas, en este caso la seguridad, una que ahora mismo es la que más importa a los ciudadanos.