*En Washington no escuchan las mañaneras

*Bravuconadas por un “modito” chocante

*Villegas, aplicado con Reforma Laboral

*Duarte no aguanta la soledad de prisión

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En medio del escándalo por el asilo a Evo Morales, diciembre de 2019, una descarada intervención mexicana a la soberanía de Bolivia, Jorge Quiroga, expresidente de Bolivia, llamó “cobarde matoncito” a López Obrador. El insulto se viralizó enseguida y, a la postre, México debió deshacerse del residente inesperado al que gobierno y partido en el poder ofrecieron las mejores condiciones de alojo. Por presiones de Trump, Evo Morales salió del país y terminó en Argentina.

Cuando el gobierno de Washington anunció las consultas sobre energía, alegando violaciones al T-MEX al considerar que nuestro gobierno otorga protección ilegal a la CFE, el presidente anunció que fijaría postura durante su discurso oficial del 16 de Septiembre, porque “no vamos a ceder, es un asunto de principios, tiene que ver con nuestra soberanía”.  Ayer, horas antes de la visita que hizo el secretario de estado norteamericano, Antony Blinken, súbitamente se retractó del discurso y lo dejó nonato, con el argumento de que ahora “hay un tono de respeto, lo que sucedió con lo de la consulta, el tono, el modito, pues no fue el más diplomático ni lo que merecemos”.

Son varios los cambios radicales en esa relación, recuerdo el episodio, al inicio de su gobierno, cuando abrió camino a las marchas de inmigrantes centroamericanos justificando el paso por el país con la narrativa de los derechos humanos y la solidaridad internacional. Dijo enfáticamente que jamás desplegaría Militares en la frontera sur, pero a la menor presión de Trump se dobló y desplegó miles de agentes de la Guardia Nacional. Hasta hoy siguen allá.

¿Qué pasa en la mente del presidente López Obrador cuando cambia, de la noche a la mañana, posiciones presumiblemente irreductibles en la relación con los Estados Unidos? ¿También Trump abandonó el “modito” chocante que lo enciende y lo cambió por uno amable? Más parece que Quiroga tiene la respuesta, en el fondo nuestro presidente “es un cobarde matoncito”, el vulgar abusón de barriada que ataca cuando se siente fuerte y corre sin pensarlo si otro igual o más fuerte responde.

Su conducta bipolar está muy documentada; gritonea, amenaza e insulta envalentonado desde la vitrina de las mañaneras, donde más cómodo y seguro está, pero cuando un gobierno como el vecino lo sitúa en “la realidad real”, retrocede con el mismo ímpetuo con que embistió. ¿Qué ofensa o atentado a la dignidad mexicana nos hizo Biden para que nuestro presidente anunciase un discurso patriotero sin precedente? ¿Cómo se disculpó para evitar que pronunciara el anunciado mensaje durante la mayor fiesta patria del país? ¿Pidió disculpas sinceras? ¿Ofreció nunca más usar “ese modito”? ¿Lo halagó llamándolo padre mundial de los menesterosos?.

Algo hizo el presidente de la mayor potencia militar y económica del mundo para evitar el anunciado discurso y tuvo que ser de semántica, hoy todos los mexicanos libres tenemos claro que las relaciones diplomáticas con nuestro mayor socio comercial y de cuyas remesas depende la economía nacional, se regulan por el “tono” mal puesto o “moditos” inadmisibles, no en razón de los grandes y pequeños intereses de los mexicanos. Que sentido y que facilito de contentar es nuestro presidente; que pronto para ofrecer disculpas y cambiar tono el Imperio. No se hagan bolas, dijo Salinas, el único problema de López Obrador en su relación con el gobierno de los Estados Unidos, es que en Washington no ven las mañaneras.

Rompeolas

Muy aplicado con la Reforma Laboral el magistrado Luis Villegas. Así deben estar en el Tribunal Superior de Justicia, pues la integración no camina como estaba prevista por razones que no alcanzan a comprender. Los números que presentó el magistrado sobre los primeros interesados, más de 650, y los que vinieron quedando en el examen final, 16, no cuadran lógicamente. Abrirán una nueva convocatoria y seguramente resolverán el problema, es importante que la Reforma Laboral se concluya cuanto antes, pero ahora saben que quizás tenga que seguir un proceso más lento. Conociendo a Villegas, no soltará el tema y menos al saber que tiene la constante supervisión de una presidenta enérgica como Myriam Hernández, que está muy pendiente. Ojalá en la nueva convocatoria puedan avanzar, abogados interesados hay, pero tampoco pueden abrir las puertas a cualquiera, los filtros son obligados.

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César Duarte no aguanta la soledad de prisión, por muchas ventajas que pueda tener un hombre de su posición, la celda siempre será fría y solitaria. Si contamos lo de Miami ya van para tres años, lo que no es poco decir. Sin embargo tendrá que hacer de tripas corazón y seguir resistiendo a “a lo macho”, pensar en una liberación no es política ni legalmente válido hasta hoy, que se conforme con que no le enderecen nuevos delitos, por ejemplos los de peculado electoral, y lo saquen a pasear de vez en cuando al hospital de su preferencia. Con eso pueden él y sus abogados darse por bien servidos, más no recibirán.