El Pato Ávila defiende su causa

* Bailando sobre la punta de un alfiler

* Bazán ¿Se deslinda o no de Duarte?

* El Centro urgido de atención

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Ingenioso y agudo, el sacerdote jesuita e histórico párroco de Sisoguichi, Javier Ávila al que sus amigos apodan “pato”, defiende su causa como miembro del consejo para atender a las victimas de violencia, cuestionado por el “sensor constitucionalista” de Chihuahua, Rodolfo Leyva, también consejero transparente.
¿Su nombramiento viola o no el Estado de Derecho? Para Leyva es claro que si, pues aunque su cargo sea honorario, como alega el secretario de gobierno, César “exbueno” Jáuregui, manejará un millonario fondo público. De otra forma carecería de importancia y el jesuita no es de los que están pintados en ninguna parte.
El asunto ya está en los tribunales, por medio de un amparo indirecto promovido por Leyva y el recurso de inconformidad presentado ante un Tribunal Colegiado por el Congreso, precisamente reclamando que hayan aceptado el amparo de Leyva.
Son detalles legales que tarde o temprano habrán de sentenciar los juzgadores competentes. Lo que algunos católicos practicantes y miembros del clero se cuestionan –enfoque no advertido hasta ahora- es que el sacerdote descuide sus deberes con la grey, permitiendo que otros credos tomen fuerza entre las etnias de la sierra.
Para ellos es lo más importante y ven con preocupación que le comen terreno a la Iglesia Católica en esa empobrecida región. Ejemplo concreto la niña tarahumara que, por ser Testigo de Jehová, su padre le negaba una transfusión sanguínea para salvarle la vida.
Puesto a un lado el aspecto de la legalidad, la pregunta cambia ¿Es moralmente aceptable que un sacerdote descuide sus ovejas por dedicarse a menesteres de gobierno, cualquiera que sea su fin? Esa pregunta sólo la puede responder el buen Pato, a sabiendas de que buena parte de sus compañeros en Cristo reprueban su activismo.
Otra parte interesante de su carta es al cuestionar que sus críticos no hayan denunciado la corrupción de Duarte. Lo dice sintiéndose a salvo de la complicidad por una o dos cartas que envió en desacuerdo con el gobernador anterior, en el ocaso de la pasada administración.
La suya es respuesta estándar del Nuevo Amanecer contra la crítica ¿Por qué no denunciaron la corrupción de Duarte?, es la pregunta a modo de respuesta contra todo el que hace observaciones negativas al nuevo gobierno.
Y tienen razón en muchos casos, la sociedad chihuahuense –incluidos partidos de oposición- guardó silencio frente al saqueo. Pero Ávila tampoco se distinguió por ser una oposición consistente, siendo que sabe hacerlo de manera formidable.
Como ejemplo concreto está el mutis –ese si denunciado ferozmente por el entonces senador Javier Corral- cuando Duarte y el obispo Constancio Mirando consagraron el Estado al Sagrado Corazón de Jesús.
En el fondo la discusión regresa al origen, en lugar de abordar los asuntos del estado, tales como la inseguridad, falta de obra pública y precariedad financiera, el gobierno está distraído con temas que deberían pasar desapercibidos, como las discusiones medievales de cuantos ángeles caben en la punta de un alfiler y además les queda espacio para bailar. ¿Los ángeles bailan? Es pregunta para estar a tono.
Este domingo es la presentación de Omar Bazán como primer presidente del PRI en la era pos Duarte. Hasta ayer seguían esperando la confirmación de Enrique Ochoa, un dirigente nacional que consistentemente ha desairado al priismo local, cada vez que lo esperan envía el mensaje de que Chihuahua lo tiene sin cuidado.
Mala señal sería para la nueva presidencia iniciar sin el aval del líder nacional, pero con independencia de si Ochoa hace o no el favor de apersonarse en la Dale, lo importante para Bazán es que su presentación cause positivo impacto entre los miembros de su partido.
Y eso depende de su capacidad de convocatoria. Para empezar deberían estar presentes los senadores –incluida la insurrecta Lilia Merodio- los diputados federales y locales, así arrastren el tufo de Duarte. La clase política en general, empezando por los aspirantes que se quedaron en el camino y las cabezas huachicoleras.
Será, más que otras veces, interesante saber quién le hace testera, pues eso denotaría el grado de integración que tiene el PRI en su faceta de opositor, la aceptación de su nuevo presidente y termómetro para valorar lo que pueda suceder durante las próximas definiciones de candidatos a cargos de elección popular.
Por otra parte y entrando al fondo, también vale la pena estar atentos al discurso con que abra su presidencia. Necesita marcar pauta desde un inicio sobre lo que consideran importante para despegar al PRI del batidero en que lo metieron sus anteriores liderazgos, formales y fácticos.
La primer pregunta que se formulan los analistas y visores externos del partido, es si hará una severa crítica a la corrupción del pasado gobierno o simplemente dejará el tema por obviado.
Quizás Omar Bazán no tenga claro, pero la primera condición que tiene este partido para establecer expectativas de competencia exitosa el año que viene, es fijar una raya clara e inequívoca con Duarte y lo que ello implica.
Mientras no tenga ese deslinde seguirá cargando con el desprestigio social de su administración y en consecuencia las victorias electorales le serán negadas, por más deficiente trabajo que tengan los gobernantes del PAN, el enojo social contra Duarte es superior.
Estaba claro que con Eugenio Baeza el Fideicomiso del Centro no tendría destino, o uno directo al fracaso. Javier Corral ve al exitoso empresario de los embutidos como uno de los beneficiarios del régimen anterior y eso lo trastorna. Imposible que pudiesen trabajar juntos.
Pero al fin que se decidieron a cambiarlo, perdieron casi un año, sería muy bueno que dieran al Centro de Chihuahua una oportunidad para desarrollarlo. Marco Adán Quezada, así lo amonesten actualmente, le dio un fuerte impulso en la parte de Catedral y la Presidencia Municipal, con la remodelación de la Plaza de Armas, peatonización de la Victoria y sobre todo el túnel de la Independencia.
La parte de Palacio de gobierno y el histórico Edificio Federal está abandonada desde que Patricio Martínez compró la mitad de las propiedades y construyó la Plaza del Ángel.
Sería muy oportuno que abandonen las mezquindades y resuelvan, como decidan pero sin dilatarse más, que hacer con el hoyanco y los enormes baldíos que llegan hasta la Niños Héroes.
Es una inmejorable oportunidad para que Javier Corral muestre capacidad ejecutiva. Esa zona está urgida de atención.