*Corral está donde quiere estar

* Cabada, sólo el Covid le faltaba

*Rocío Reza es una ternurita

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Javier Corral está donde siempre ha querido estar; en casa y pensando que así atiende sus deberes. La fama de gobernador perezoso no se la quita ni haciéndose mil limpias y bailando en Chalma con una penca de nopal sobre su espalda. Sea justificada o no, es lo de menos, percepción es realidad. 

Es la condición del pueblo, encuentra formas ingeniosas para burlarse de los poderosos, es un desahogo colectivo. Unos son jotos –¿debo decir gay?- otros cornudos, también los hay golpeadores, narcos, pendejos, asesinos, mantenidos y usualmente corruptos hasta la pared de enfrente. Es la sentencia popular, que Duarte se quite el mote de corrupto.

Javier puede terminar su sexenio trabajando 18 horas diarias, siete días a la semana, los 365 días del año y seguirá siendo perezoso a los ojos de la gente. Lo tienen por huevón y nada puede hacer para evitarlo. En su caso, como en el de la mayoría, dio motivos; sus largas horas de golf, los juegos de tenis hasta las diez de la mañana, los fines de semana extendidos mientras el estado se pintaba de rojo sangre lo seguirá en resto de su administración y probablemente más allá.

Así que ahora, cuando la Secretaría de Salud le recomienda estar cinco días aislado por sospechas de portar el virus, sus malquerientes hicieron memes apresurados sobre la cómoda estadía mientras despeja dudas de su salud, diciendo que la noticia le vino de perlas. Hacer guasa con que liberado de la engorrosa agenda diaria piensa mejor y quizás al volver tenga soluciones prácticas contra la crisis económica que nos ahoga y la violencia creciente. Nadie sabe, los caminos de la política son como los de Dios, inescrutables.

Aislado se privará del suave olor a pasto fresco del San Francisco, los derrapes sobre arcilla húmeda en la Deportiva, pero algo tendría que sacrificar a cambio de permanece en casa. No todo se puede en esta vida, hasta los encumbrados tienen limitantes, poner pausa a sus ocios favoritos es una de ellas. Que importa, siempre está disponible, de consuelo, la rutinaria caminadora, no es lo mismo pero si un alivio.

En la mesa del Gerónimos –desde luego con su café virtual- también soltaron sus ácidos comentarios: Seguro hace changuitos, canta jaculatorias y se encomienda a todos los santos para dar positivo, tres semanas más de asueto forzoso serían una bendición, dicen los insensatos muertos de risa, como si la salud fuese una gracia.

Pensándola bien, también ahí tiene sus ventajas, no pertenece al grupo vulnerable, de resultar positivo con suerte quedaría en el ancho grupo de los asintomáticos. Porque no, sólo ajusta 53 años, es deportista y no hay registro de que padezca enfermedades crónicas, aparte de la endilgada por la gente. Que vengan mil pandemias como ésta.

Pero no anticipemos, lo mejor es que resulte negativo el examen y goce de cabal salud en compañía de su esposa y, sobre todo, que no lea ni escuche comentarios insidiosos sobre su afición a «Il dolce far niente”, si a ésta vida no se vino a gozarla ¿entonces a que se vino? No los escuches, Javier, es pura envidia la de esas mentes descompuestas.

Rompeolas

El que si, de plano, está jodido es Armando Cabada. Confirmó que el virus del mal corre en su sangre y ni siquiera ha sido gobernador. Trágame tierra ¿Porqué ahora? ¿Porqué yo?, Ciudad Juárez colapsa por la pandemia y se encamina al desfiladero económico, la violencia incontenida, su equipo partido en tres, los empresarios le ponen las cruces, Morena ejerce control electoral del municipio… su proyecto ha colapsado. Lo más sensato que hizo, siguiendo las recomendaciones internacionales, fue quedarse en casa, sigue saliendo y el día menos pensado cualquier perrillo faldero que recorre el estacionamiento del Malecón moja sus zapatos Dolce Gabbana  -¿Son Gucci?- de tres mil dólares. Ánimo, Armando, son solo tres semanas de aislamiento.

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Rocía Reza se ha esforzado lo suficiente para ponerse en el número uno de los políticos “plastilina”, de los que tanto abundan en tiempos de redes. Es tan ñoña e insustancial lo que sube en redes, que resulta difícil darles crédito. Hasta weba me da describir sus ejercicios o escenas de sillón, pero ahí están y seguro mañana sube otro igual de insulso que los anteriores, como si su aislamiento fuese de interés ciudadano ¿No se percata, señora presidenta del PAN, de lo superficial, frívola y falta de ideas que luce? Supongo que no. Alguien que sea verdaderamente su amigo(a), recomiéndele que haga menos estupideces, tiene uno dificultades para distinguir si se las arman con propósitos de hacerle daño o  ella las sube pensando sinceramente que se ve muy bien.