Por impericia desabasto de medicinas

*Respiro temporal a los oxigenadores

*Estertores de un auditor defenestrado

*Alejandro Domínguez; César por César

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Durante la celebración de los cien días, el consuegro de Francisco Barrio y hoy influyente Secretario de Salud, Ernesto Ávila, ofreció ante el gobernador que “esta misma noche” asignarían la compra de medicamentos al sistema estatal de salud.

Palabras al viento, apenas el miércoles pasado lograron asignar, en segunda licitación, un tercio de las compras, alargando de esa manera el desabasto en los hospitales y centros de salud en el estado.

A casi cinco meses de la nueva administración no hay ni vendas para los heridos, aspirinas que mitiguen el dolor de cabeza y ni que hablar del material para cirugías, en las precarias condiciones actuales es un lujo.

La eficiencia que Ávila mostró, al asumir el cargo, comprando sin licitación y a precio de menudeo medicamento directamente a “sus amigos del hospital Cima” –así dijo en corto- donde antes de llegar a gobierno ofició como jefe de anestesiología, se convirtió en torpeza al manejar las licitaciones para los enormes volúmenes requeridos por la dependencia.

El resultado de su impericia es que los anaqueles de cada hospital y centro de salud están desocupados, mientras los médicos siguen recetando como si nada pasase, negados a la realidad de que atentan contra los pacientes. Otra vez la simulación, hoy con cargo a la salud de los chihuahuenses.

Total, el sistema médico es una tragedia, se fueron los corruptos pero llegaron los ineptos. Sería bueno que Ávila tuviese a la brevedad un acuerdo privado con Madero, para que decidan de una vez a quién entregarán la mayor rebanada del enorme presupuesto local en medicinas.

Seguro el señor Jefe de Gabinete tiene opciones viables que recomendar, al amanecer del quinquenio pinta para el José Yáñez de Corral. Preferible que aceleren el proceso licitatorio a que los pacientes sigan recibiendo agua del tlacote como solución a todos sus males, pues por muy buen anestesiólogo que sea Ávila, no podrá mantenerlos dormidos por tiempo indefinido. Hay límites.

Pues nada, los magistrados oxigenadores debieron guardar las botellas de champaña para mejor ocasión, el Pleno del Tribunal Colegiado de Circuito retiró de los asuntos en cartera el proyecto de dictamen contra Fito Baca, que los despejaba de ese bemol legal, dejándolos sólo con el amparo de Ramírez Luque.

El hecho guarda una significación alta, sabiendo que el proyecto de dictamen aprobado por el magistrado ponente, del que esta columna tiene copia simple, dejaba firme la elección de los trece duartistas ¿Porqué la inesperada reversa?.

Es justamente el punto, quizás hubo mano negra. Con independencia de lo sucedido, ayer mismo trascendió en los pasillos de los juzgados federales que el caso lo discutirán hoy al más alto nivel en la ciudad de México, lo que sea que tal aseveración signifique.

Tienen meses con ésta cantaleta, pero cada vez se acerca más una definición y por lo visto ayer queda claro que hubo fuertes jaloneos para posponer la sentencia. La conclusión en sencilla: Lo que antes pintaba para un triunfo de los insurrectos oxigenadores, hoy parce inclinarse a favor del quejoso, o sea Fito Baca, y por consiguiente de los institucionales a Jiménez Castro y a Palacio.

Salgo pero les ensucio la oficina, lo que también podría válidamente interpretarse como un “de mejores casas me han corrido”. Es el mensaje que envía Jesús Esparza,  auditor general del Congreso en vías de materializar su defenestración.

Mire que firmar un acuerdo con el síndico de ciudad Juárez, Aarón Yáñez, tres días antes de abandonar la oficina por la puerta de servicio, es sólo con ánimos de molestar.

El acuerdo permite a la Auditoria transferir los software denominados “Auditoria Ciudadana” y “Auditoria en Tiempo Real” ambos modelos de simulación sobre la rendición de cuentas, cuyo precio se ahorraría la alcaldía de Juárez. Sólo sirven para la mercadotecnia, pero en estos momentos parece más una provocación que un acuerdo institucional.

A propósito del relevo en la Auditoria Superior, los diputados pecan de formalistas buscando una figura que justifique el nombramiento de un interino. No se distraigan, nómbrenlo para que concluya el cargo de Esparza y dejen a un lado las florituras legaloides del formulismo.

Con la mano en la cintura Duarte destronó a Sérbulo Lerma, siendo que fue electo para siete años por el Congreso, a fin de imponer por otros siete años a su cuaderno de doble raya, Jesús Esparza.

Con la misma facilidad los diputados del PAN le dieron las gracias a Esparza ¿Qué sentido hace preocuparse por los matices del sustituto? Ninguno, llámenle como quieran, pónganlo el día que deseen y quítenlo cuando les venga en gana. Son los usos y costumbres de la auditoria en los tiempos modernos. Si, lo mismo ates que ahora.

Entre el César de Atlacomulco y el César de Balleza, Alejandro Domínguez eligió al de Atlacomulco. Sencilla la elección; aquel es su coordinador parlamentario, éste se juega el pellejo desprestigiado socialmente y perseguido por el gobierno actual.

Los diputados federales de la entidad hicieron un extraño cambio de coordinador, sustituyendo a Domínguez por un duartista sin fisuras, Fernando Uriarte. La explicación es que el buen Alex fue requerido por César Camacho para ocuparse de la vice-coordinación de la Comisión de Seguridad.

¿Una Comisión riñe con la otra? Desde luego que no, es la primera fractura visible del antes monolítico bloque duartista en la Cámara de Diputados. Probablemente vieron blando, cargado hacia Reyes o comprometido con Patricio o Domínguez y le “buscaron una salida decorosa”.

Ahora, si hay otra explicación, bienvenida, pues otro ingrediente en el singular relevo, son las conocidas diferencias entre el pastor de los diputados priistas y el exgobernador proscrito; Duarte le pasó a Camacho por el medio para convertirse en presidente de la Cámara, condición que lo puso en la antesala de la gubernatura. Hay historia de golpeteo entre ambos.

No hay duda, Alex es hábil, ha logrado transitar entre Alejandro Cano y Patricio Martínez, convivir con Reyes Baeza, e intenta meterse en el corazón de César Camacho. Un político de sangre universal ¿Será?