La violencia en niveles inadmisibles

* Javier Corral, un gobernador autista

* Reyes Baeza en oficio de delegado

* La boda del año en una gasolinera

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El mayor temor de los chihuahuenses se hizo presente, la violencia en la entidad llegó a niveles inadmisibles sin que haya interés oficial en contenerla. Otra vez invade los hogares e intranquiliza a la sociedad, como en los peores tiempos entre los años del 2008 al 2011.

Conforme a datos de Ficosec (Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana) durante junio hubo 130 homicidios dolosos, tan sólo en Juárez y Chihuahua. Son más de cuatro muertos diarios, sin contar los cuerpos que abandonan los sicarios en sus fosas clandestinas.

Empezaron a matar, otra vez como entonces, a parroquianos en bares y cantinas, como enviando siniestros mensajes de que “la plaza es mía”. Eso sucedió en aquellos años en cantinas como el Colorado, el Río Rosas y otros que marcaron una espantosa época.

Es el momento de que los chihuahuenses salgan a las calles para reclamar la tranquilidad de su ciudad, como lo hizo el domingo un grupo de motociclistas en la plaza del Ángel, exigiendo “ni uno más”, tras el asesinato de la agente Verónica Villalobos.

De la autoridad poco puede esperarse, les molesta el sólo hecho de que la prensa recoja y publique las historias violentas. Para el señor gobernador, Javier Corral, éstas reseñas son atasques contra su administración o en el peor de los casos herencia del “vulgar ladrón”, con eso quiere resolver todo.

Es un gobernador indolente cuyo actuar raya en el autismo, pues se niega a la realidad que lo rodea e intenta modificarla a su conveniencia. No crean lo que dicen, vamos bien, los corruptos periodistas me critican por que no les doy dinero, dice con frecuencia a sus próximos. Así, con tamaña ligereza cierra los ojos o voltea hacia la parte más verde del campo de golf.

Es una tragedia lo que sucede en Chihuahua; sale de un gobierno corrupto y corruptor, dominado por una camarilla de ladrones pendencieros y llega otro incapaz, rencoroso, indolente y sin oficio. Decía de broma un lector asiduo de GPS, “quizás vamos a terminar extrañando a César Duarte” ¡Horror! No, por favor, aplícate Corral, no sea que esa expresión se convierta en profecía.

Ante la manifiesta incapacidad del delegado colimense de modales rupestres, el propio Reyes Baeza tomó la tarea de operador político para desarrugar la sucesión en la dirigencia del PRI y tranquilizar a los grupos insurrectos.

La semana pasado entabló varias reuniones con la encendida Lilia Merodio, a quién empezaron a jalarle la cuerdo y aflojó el cuerpo sin entregarlo del todo. Pero en ese proceso está, muy probablemente le ofrezcan la secretaría general para ella o bien para alguna mujer de su confianza radicada en Juárez, pues carece de equipo, Lilia es Lilia y nada más.

La decisión de ir por Omar Bazán no es de Reyes Baeza, de hecho nunca tuvieron la mejor de las relaciones, incluso ni de Graciela Ortiz, donde si abreva el exdiputado, hoy metido a empresario inmobiliario y de servicios. Tiene que ver con acuerdos cupulares que llegan hasta Manlio Fabio Beltrones y el propio Enrique Ochoa. Omar simplemente estuvo en el lugar y el momento adecuado, como cuando le entregaron las diputaciones. En política ya se sabe, más vale suerte que dinero.

Si Reyes actúa en labor de delegado es por su comprobada institucionalidad y el interés personal que tiene de rescatar, hasta donde sea posible, la unidad de un partido al que llevaron a punto de quiebre los excesos y corruptelas de César Duarte, quién pensaba que la política era sólo cuestión de dinero y mentiras. Ambas son importantes, pero no la única cosa, hay que tener un compromiso mínimo con la gente para poder trascender. En este punto Reyes juega  la suya, quiere tener un partido fortalecido frente a la posibilidad de que lo manden de senador por tierra.

Aquietada Lilia Merodio bajarán después al diputado Alejandro Domínguez, otro de los insurrectos. En diversos momento lo reseñó ésta columna, ambos tienen la cuerda muy corta, cuando se las jalan quién debe jalárselas perderán su espíritu pendenciero. En su caso no pueden abuchear estando en la procesión.

Alejandro recibiría ofertas en la integración de la planilla y probablemente la promesa de ser candidato a la presidencia municipal. Promesa solo eso, pues en política nada es seguro hasta que es, admitiendo la verdad de Perogrullo.

Los que todavía, según se supo ayer, seguían desojando la margarita son los “maras”, Marco Adán, Heliodoro Araiza, Eloy García y compañía. Trascendió un encuentro entre Reyes Baeza y Marco Adán, quienes no se veían desde la campaña de Lucía Chavira a la presidencia municipal, lo cual habla del interés que tiene el director general del Issste en planchar la sucesión.

El problema con ellos es que les parecería poca cosa cualquier ofrecimiento, quizás también cargos en el Comité Directivo, ponga usted la secretaria de organización o elecciones, y –como a Domínguez- la promesa de candidaturas a diputados.

Por ahora no hay más ¿de que otra forma hablarían si no es de integrarse a la planilla oficial y esperar que los astros se les acomoden para dos o tres candidaturas aceptables? Ya no está Duarte para resolver todo con dinero y además hay constancia de que Marco Adán y su gente son los menos sobornables de éste partido.

Como dejaron las cosas el fin de semana, lo más probable es que entre hoy y mañana el camino de Omar Bazán a la presidencia del PRI quede formalmente desarrugado. En ese caso liberarían de inmediato la convocatoria, bajo el entendido de que no habrá planillas compitiendo, sino el clásico dedazo, operador hoy en el mayor de los jaloneos, que caracteriza a este partido ¿Alguna vez fue diferente en el PRI?.

El sábado se casaron Rogelio y Fernando, o como ellos dicen firmaron compromiso de votos, en una boda con más de doscientos invitados celebrada en uno de los jardines de la Zarco.

Como llegadas las dos de la mañana todo debe cerrar en la ciudad, terminaron bailando con mariachis en la gasolinera de Zarco y 28ª, sorprendiendo a cuanto parroquiano transitó ese crucero durante la madrugada.

La realidad, para bien o para mal, rompe el duro conservadurismo de los chihuahuenses. Sólo por ese detalle califica para la boda del año, a reserva de mejor opinión que tengan los cronistas de sociales.